La Silvicultura (del latín silva, selva, bosque, y cultura, cultivo; sinónimo "Selvicultura") es el cultivo de los bosques o montes y también, por extensión, la ciencia que trata de este cultivo; es decir, de las técnicas que se aplican a las masas forestales para obtener de ellas una producción continua de bienes y servicios demandados por la sociedad. Estas técnicas se pueden definir como tratamientos, cuyo objetivo es garantizar dos principios básicos: la persistencia de la masa (continuidad en el tiempo) y su uso múltiple. La silvicultura origina una producción diversa (diferencia clara con la agricultura), siendo necesaria la compatibilización de todas las producciones. Será el principio de preferencia quien rija el orden de éstas, mediante listas de preferencias jerarquizadas.
La producción de una masa se puede dividir en:
Producción directa: (maderable y no maderable): productos inmediatos o materias primas ( ej.: madera, leñas, corcho, resina, caza, etc.)
Producción indirecta: productos mediatos o externalidades positivas. Lo generan las masas por el hecho de existir ( ej.: fijación de carbono, regulación del ciclo hidrológico, biodiversidad, etc.)
Forman parte de su campo el arte de crear o conservar un bosque, y la teoría y la práctica de regular el establecimiento de una masa arbórea, su composición y desarrollo; para ello se apoya en la geografía, ecología, edafología y climatología entre otras.
Dentro de este campo encontramos la pascicultura, ciencia que estudia las técnicas necesarias para obtener una producción sostenible de las extensiones herbáceas; la silvopascicultura o silvopastoralismo, que relaciona y estudia en conjunto a ambas; y la agrosilvopascicultura (agrosilvopastoralismo) que involucra el componente agrario que poseen ciertas zonas multifuncionales, como por ejemplo las dehesas, y del estudio y manejo sostenible del conjunto.
La silvicultura es mucho más joven que la agricultura. Los señores feudales de Europa Central comenzaron a gestionar sus bosques en la Edad Media, con vistas a la caza y al favorecimiento de árboles especialmente valiosos para, por ejemplo, la construcción de barcos. La silvicultura como una disciplina científica no emergió hasta comienzos del siglo XIX, cuando Alemania y Francia fundaron las primeras escuelas de ingeniería forestal.
martes, 9 de diciembre de 2008
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